Cocina para impostores
Bueno, pues aqui pondremos esas "recetillas" un poco socorridas, que tal vez nadie se atreve a publicar..... Las latas y los productos envasados son la base fundamental de la "cocina para impostores...."
CANTANDO BAJO LA ALUBIA
Un ejemplo es este exquisito guiso que, para este invierno, debe causar furor. En 20 minutillos estará listo para degustar....
Ingredientes: 1 bote de alubias (de esos de cristal, que hay de muchas marcas y que no pueden faltar en nuestra impostora despensa), taquitos de jamón y taquitos de chorizo, de los que vienen ya cortados en un envase de plástico y a los que últimamente estoy sacando yo mucho partido (los que he usado son Revilla, el de chorizo, y Navidul el de jamón, pero hay variedad de marcas), 1 cebolla mediana, 3 dientes de ajo, pimentón, aceite de oliva virgen extra y sal.
Preparación: no puede ser más fácil. Se pica la cebolla y se pone a hacer con un chorreón de aceite, acompañada de los tres dientes de ajo un poco aplastados con el puño. Cuando veamos que está doradilla, se añade un puñado de tacos de jamón y otro de los de chorizo (más o menos grande, según lo cerdófilo que seas), se les da una vuelta rápida, se añade una cucharadita generosa de pimentón, se remueve un poco y se le pone sal y un dedo de agua. Poca cosa. Mejor quedarse corto y añadir poco a poco si nos hace falta más. Dejamos hirviendo este caldo durante 5 minutos a fuego suave y ya podemos añadir el contenido del bote de alubias. Si vemos que está corto de agua, le añadimos un poco pero teniendo en cuenta que unas buenas alubias deben estar hiladas y no quedar demasiado caldosas. En otros cinco minutos, a fuego medio y agitando la cazuela por las asas de vez en cuando para que la alubia suelte su harinilla, tendremos el guisote listo. Un plato perfecto para estos días de lluvia que nos están cayendo encima.
Sofisticado apunte culinario: un buen pimentón es imprescindible en una buena cocina para impostores. Es un enemigo natural de la "laticidad" (condición de ser de lata, que diría el filósofo), camuflando la envasada procedencia de los alimentos. Y además, qué historias, que lo que gana un guiso con un buen pimentón es impresionante. Merece la pena una pequeña inversión extra en un pimentón en condiciones. O en una buena amistad que, como ha sido mi caso, te regale un paquete de un kilo de pimentón "El Arcángel" de Aldeanueva del Camino, Cáceres. Dan ganas de comérselo a cucharadas.
ARROZ GRIEGO TOMA YA
Bueno, aqui ya el colmo de la cocina para impostores: Un autentico arroz griego hecho en el patio de tu casa, con las cazolitas estas de arroz cocido que te venden en los super, pero dándoles ese toque impostor que nos caracteriza. Podréis engañar a cualquiera que lo deguste, haciendoos pasar por un impresionante chef.....
Ingredientes: 2 vasitos de arroz Redondo Brillante (de esos que ya vienen cocidos) , queso fresco, 8 tomates cherri, 1 lata pequeña de aceitunas negras sin hueso, alcaparras, albahaca fresca, aceite de oliva, ajo, sal.
PARA LA SALSA: 1 yogur griego (no azucarado), ½ limón, un par de hojillas de albahaca, aceite y sal.
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Preparación: en una sartén con tres cucharadas de aceite ponemos dos dientes de ajo picados a dorar un poco. Cuando empiecen a coger color, añadimos los tomates cherri partidos por la mitad. Les damos una vueltecilla para que cojan también color, y añadimos las aceitunas negras partidas por la mitad (unas diez o por ahí), una cucharada de alcaparras, unas hojillas de albahaca picadas y sal. Le damos otra vuelta y añadimos un puñado de taquitos del queso fresco. Dejamos que se caliente un poco y añadimos el contenido de los vasitos de arroz, previamente descompactado un poco con la mano para que esté suelto, y removemos bien. Estará enseguida. En un minuto. Lo servimos en el plato y lo adornamos con una salsilla hecha con el yogur griego. Para ello, lo volcamos en un plato hondo, le añadimos el zumo de medio limón, el par de hojillas de albahaca hábilmente picadas, un hilo de aceite rico, y removemos bien con un tenedor hasta que se mezcle todo adecuadamente. Un vino de Resina (o don Simón blanco fresquito, si estamos en crisis) para acompañar, y como en el mismo Mikonos.